domingo, 25 de abril de 2010

no siempre se le puede dar el gusto a toda la gente ¿cierto? ... Igual, aunque al resto no le gusta lo que haces, si te quieren, adoran, aman... deberían dejarte vivir.

martes, 13 de abril de 2010

han notado cuando la princhipesa encuentra al sapito y se vuelve un poco feliz? Bueno,pero siempre hay una bruja mala o una hada con el consejo preciso, o la amiga de la princhipeza o gente de confianza que la confunde.
Le llamaba la atención las llamitas de fuego (como dicen, cuando jugas con fuego te puedes quemar), pero ella no, ella era un princhipeza, y como tal, justo en ese momento iba a ser salvada. Justo antes de quemarse. No podía terminar de jugar, como que quería quemarse, quería un poquito de peligro, un poquito de desprotección. Mientras tanto, seguía escuchando a los mismos, que te quemarás, que te dolerá, que no queremos que sufras , que los escuche, que tienen razón. Oye, pero si ella puede elegir. Y de los errores se aprende, si se quema, sabrá que no puede jugar más así. Pero si no sabe cuánto duele, ¿por qué ha de dejarlo? Quiere equivocarse y aprender... pero no la dejan.